martes, 9 de marzo de 2010

Ya nadie se acuerda de Ebulá






Para muchos, el trece de agosto del año pasado suena ya lejano y no hay mucho que recordar sobre la fecha. Para los habitantes del pueblo Nuevo San Antonio Ebulá, esta fecha marca el día en que fueron desalojados de sus hogares, en donde muchos se habían criado, estudiado y vivido toda su vida.
En esa fecha, elementos para policiacos de una compañía de seguridad privada, acompañados de elementos de la fuerza pública, entraron al pueblo de San Antonio Ebulá y tiraron casas, árboles y sembradíos, agredieron a los pobladores, mataron y robaron animales, con el pretexto de desalojar a los habitantes de las tierras supuestamente propiedad de Eduardo Escalante, suegro del desaparecido ex secretario de gobernación, Juan Camilo Mouriño Terrazo.
El nuevo pueblo tiene 31 hectáreas, mientras el anterior habitaban, que aún está en juicio agrario, contaba con un total 595, una diferencia abismal de territorio, que habitan mayormente personas que ya están jubiladas y campesinos, quienes después del desalojo, estuvieron en plantón permanente junto con otros ciudadanos inconformes durante 44 días en los bajos del palacio de gobierno.
San Antonio Ebulá empezó su fundación en 1968, según relatan sus mismos pobladores, a quienes después de despojar de sus pertenencias y tierras, se les prometió un nuevo espacio para vivir de forma digna y con servicios como vivienda, agua, electricidad y un camino transitable. El acuerdo se firmó aproximadamente el veinte de septiembre, los pobladores llegaron a las nuevas tierras cuatro días más tarde, y hasta el momento, no han cumplido satisfactoriamente con ninguna de las promesas que hicieran a los afectados.
En cuanto al servicio del agua. El gobierno se encargó de perforar un pozo, pero sólo está perforado y es imposible que los habitantes de las dieciocho familias que actualmente habitan el pueblo puedan sacar agua de él, ya que el hueco sólo está ahí, sin maquinaria alguna para extraer el vital líquido.
“Tenemos que esperar a la pipa que viene dos veces por semana”, relató uno de los habitantes, quien recordó los compromisos firmados por Julio César Pulido Contreras, subsecretario de gobierno, y por Enrique Castilla Magaña, asesor jurídico del gobierno estatal.
“Se comprometieron a hacernos camino y nosotros somos los que hemos emparejado más o menos, porque ellos no más tumbaron todo y lo dejaron como quedó”, relató el vecino, quien aseguró que muchas personas se han caído por el mal estado del camino. “No dicen cuándo, todo se queda en papel firmado”, aseguraron los habitantes del lugar.
En lo relacionado a la vivienda, hubieron compromisos de apoyar con pie de casa a los afectados, hasta el momento, no ha habido acercamiento alguno y los habitantes han tenido que ver cómo construyen sus casas.
“Ni lámina siquiera nos quieren dar, yo tuve que hacer un sacrificio para comprar mis láminas”, comentó otro de los habitantes, quienes contaron a éste reportero que fue desde 2004 cuando empezaron a darse las primeras quemas de siembra en el pueblo, lo que obligó a muchos de sus habitantes a buscar trabajos en la ciudad.


Volverían a plantarse
En el Nuevo San Antonio Ebulá, los habitantes ya están cansados de esperar a que el gobierno les cumpla sus promesas.
“Nosotros queremos trabajar con el gobierno pero no responden”, aseguró Francisco Villalobos, uno de los habitantes del pueblo.
Para poder hacer más presión, comentaron varios vecinos, una opción sería plantarse nuevamente en los bajos del Palacio de Gobierno.

Organización
Los habitantes del Nuevo San Antonio Ebulá han recurrido a la auto organización y han creado un Consejo de Ancianos, quienes son consultados antes de tomar las decisiones concernientes al pueblo. De igual manera, próximamente se realizará una asamblea popular para elaborar la ley del pueblo.

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