sábado, 20 de febrero de 2010
Viven tradición en Tinún
Con la pintadera, bailes callejeros, toro petate y cochino encebado disfrutaron los habitantes de esa comunidad el martes de carnaval
J. Pablo Delgado Berman
Muchos dicen que el carnaval en Campeche ha perdido poco a poco sus tradiciones, y que éstas ya no podrán ser transmitidas a las futuras generaciones. Afortunadamente en las comunidades pertenecientes a los municipios de nuestro estado conservan muchas de estas tradiciones muy vivas y con mucho arraigo y participación ciudadana.
Tal es el caso de Tinún, en Tenabo, donde la empieza inicia desde la mañana con la pintadera y los bailes de las distintas comparsas que van por las calles, y bilando en algunas casas en donde les dan cooperación.
Una de las costumbres que más llaman la atención durante los festejos al rey Momo, es la de el concurso de iguanas, las cuáles son bautizadas con nombres graciosos como “la quita maridos” y posteriormente medidas para saber cuál es la más grande.
Se dice que hasta hace algunos años la costumbre era aventarse las iguanas los unos a los otros, pero que el origen de estar con estas en las calles sólo es para de alguna forma espantar a los transeúntes, pero sin agredirlos.
Otro de los juegos tradicionales que los habitantes de Tinún disfrutaron en su martes de carnaval fue el del “cochino encebado”, en el que varios equipos compiten en parejas con el fin de capturar a un cerdito bañado en cebo, para dificultar su captura.
El famoso Toro petate no pudo faltar en la celebración, y tanto niños como adultos compitieron con el fin de ganar un sencillo premio, que en sí no el fin del concurso, cuyo objetivo es que el pueblo se divierta y por supuesto, mantener viva una tradición.
Sigue el ambulantaje en las primarias
A pesar que en la Escuela Primaria Ignacio Zaragoza de esta ciudad madres de familia implementan un programa que busca combatir la obesidad en los pequeños y brindarles información sobre cómo estar bien alimentados y las consecuencias de no estarlo, las vendedoras de comida chatarra distribuyen sus productos a través de las rejas de la escuela, sin que las autoridades hagan algo al respecto.
jueves, 4 de febrero de 2010
Cuidado con la caca
J. Pablo Delgado Berman
Me atrevo a pensar que no hay persona en México, y en muchos otros países, que en su vida no haya pisado caca en la calle, en algún penoso momento de su vida. A veces uno va a pie por la calle y simplemente se encuentra con pedazos de excremento de perro o humanos en plena vía pública.
No muy lejos de mi casa he sido testigo de cómo de las terrazas o patios salen pedacitos de popó de perro que van a tener como morada la calle, y posiblemente, la suela de algún zapato o como destino final una llanta.
En muchos casos son los perros de la calle -una problemática avanzada en la ciudad y a tratar más adelante- la causa del problema, muchas veces también son los perros que tienen dueño quienes ensucien las calles, y los amos de estos canes no hacen nada por limpiar la decoración que su perrito ha dejado en la banqueta o acera.
La medida de multar a quienes dejen en la calle residuos de los caninos es sin duda la opción más inmediata para poder, de alguna forma, reducir la cantidad que existe en las aceras de la ciudad.
Una opción de apoyo a la ciudadanía para lograr que las calles estén limpias de caca de perro es dar las bolsas en que irán contenidos los residuos. En algunas ciudades hay depositarios de pequeñas bolsas de plástico que tienen un color específico para ser identificadas, y que están distribuidos en muchos puntos de la ciudad, con el fin de cubrir el problema en todos los barrios. No es necesario mencionar que es obligación del gobierno cubrir esos gastos, ya que de alguna manera puede considerarse como un problema de salud pública.
El factor información y concientización serían también fundamentales para lograr un éxito en el proyecto, no es sólo decir ya hay multa y ahí se arreglan.
Un censo de perros domésticos y callejeros sería también de gran ayuda para identificar el problema, ya que así podría saberse en que zonas dejar más contenedores con bolsas para los desechos caninos. Suponiendo que esas ideas se implementaran, la cuestión después sería elegir al que va a vigilar que eso se cumpla.
¿Qué pasa con los perros de la calle?, esa es otra pregunta. La implementación de programas de entrenamiento y adopción de los perros callejeros podría mejorar la situación de alguna forma. También podrían implementarse programas de esterilización de perros sin hogar.
Opciones hay, nos falta proponer y dialogar para llegar a un acuerdo.
Me atrevo a pensar que no hay persona en México, y en muchos otros países, que en su vida no haya pisado caca en la calle, en algún penoso momento de su vida. A veces uno va a pie por la calle y simplemente se encuentra con pedazos de excremento de perro o humanos en plena vía pública.
No muy lejos de mi casa he sido testigo de cómo de las terrazas o patios salen pedacitos de popó de perro que van a tener como morada la calle, y posiblemente, la suela de algún zapato o como destino final una llanta.
En muchos casos son los perros de la calle -una problemática avanzada en la ciudad y a tratar más adelante- la causa del problema, muchas veces también son los perros que tienen dueño quienes ensucien las calles, y los amos de estos canes no hacen nada por limpiar la decoración que su perrito ha dejado en la banqueta o acera.
La medida de multar a quienes dejen en la calle residuos de los caninos es sin duda la opción más inmediata para poder, de alguna forma, reducir la cantidad que existe en las aceras de la ciudad.
Una opción de apoyo a la ciudadanía para lograr que las calles estén limpias de caca de perro es dar las bolsas en que irán contenidos los residuos. En algunas ciudades hay depositarios de pequeñas bolsas de plástico que tienen un color específico para ser identificadas, y que están distribuidos en muchos puntos de la ciudad, con el fin de cubrir el problema en todos los barrios. No es necesario mencionar que es obligación del gobierno cubrir esos gastos, ya que de alguna manera puede considerarse como un problema de salud pública.
El factor información y concientización serían también fundamentales para lograr un éxito en el proyecto, no es sólo decir ya hay multa y ahí se arreglan.
Un censo de perros domésticos y callejeros sería también de gran ayuda para identificar el problema, ya que así podría saberse en que zonas dejar más contenedores con bolsas para los desechos caninos. Suponiendo que esas ideas se implementaran, la cuestión después sería elegir al que va a vigilar que eso se cumpla.
¿Qué pasa con los perros de la calle?, esa es otra pregunta. La implementación de programas de entrenamiento y adopción de los perros callejeros podría mejorar la situación de alguna forma. También podrían implementarse programas de esterilización de perros sin hogar.
Opciones hay, nos falta proponer y dialogar para llegar a un acuerdo.
martes, 2 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)