¿Y ahora qué?

Y ahora el reto, enfrentarme a esa hoja en blanco que por el simple hecho de existir, me quema las ansias por llenarla. Ese es un defecto, querer componer las cosas que me rodean para moldearlas a mi mundo y obligarlas a que ahí funcionen.
Ya no sé que escribir, las líneas de la inspiración me han dejado por la libre en este día misterioso, en el que las nubes no pueden presagiar más que desasosiego. Desgracias de la vida.
Es momento entonces, de quemar las ansias a través de palabras y poesía hoy innecesarias. De llegar al absurdo literario a través de versos sin rima y líneas sin sentido. Es momento entonces de llegar a ser sin dejar de ser. Se es lo que se es o no se es diría el poeta.
Sólo sé que soy, estoy, espero, vivo, sufro, gozo, grito, callo, muerdo, vomito, amo y siento.
A veces las palabras no llegan como deberían, listas para conjugarse con la anterior y por supuesto, dando pauta a la siguiente.
¿Qué más puedo decir en estos días de melancolía?