miércoles, 27 de enero de 2010

Un centro aburrido y transportistas que no cumplen

J. Pablo Delgado Berman

Si hay algo de lo que Campeche ha presumido desde hace varios años, y con un sinfín de giras al extranjero por parte de nuestras autoridades, es la belleza de nuestro Centro Histórico, su limpieza, y por supuesto, los atractivos que éste guarda a los turistas que visitan la ciudad fuera de temporada.
Ahora, a finales del primer mes de este 2010, personalmente me resulta triste ver las opciones a las que se ven reducidos los visitantes y locales que se quedan durante los fines de semana en nuestra ciudad, la cual todavía hay algunos que llaman “el tesoro escondido de México”, y vaya que sí lo es.
Con un programa municipal antes conocido como “Un Centro Histórico para Disfrutar” (el cual estaba al mando de Iliana Pozos Lanz y lo hizo con varios aciertos) los campechanos y visitantes tenían una opción de esparcimiento los fines de semana en nuestra ciudad capital; hoy, sólo se ven algunos puestecitos de comida a las puertas de la Catedral, en la calle 55, y es además la única que ahora se cierra, en lo que parece más una lonchería que un programa cultural que no avanzó, y por el contrario, se fue mucho para atrás.
El verdadero asunto es que el Centro Histórico debe de ofrecer más que comida, la Orquesta Típica y la presentación de algún imitador, payasito, o cantante de boleros, que hacen que los únicos que se acerquen a ver sean las mismas personas que se acercan incondicionalmente desde que se inició el programa, las señoras de la tercera edad que van cada domingo al parque a ver qué hay.
¿Dónde quedó el interés de dar un fin de semana de calidad a los campechanos?, no lo sé, pero me consta que cada vez menos familias y jóvenes se acercan al centro como lo hicieran hasta hace un par de años, ya no hay grupos improvisados de tamborileros ni grupos oficiales de ellos, no hay teatro callejero, y sólo en época de festivales hay conciertos o actividades al aire libre.
Me pregunto si la dirección municipal de cultura tiene una idea de lo que debería hacerse, y si no la tiene, ¿por qué no pide ayuda?. Podrían asesorarse en varios aspectos, incluso con las dependencias de Turismo y por supuesto, con la Secretaría de Cultura, la cual seguramente tendría más posibilidades en varios aspectos.
¿Por qué no lanzar convocatorias abiertas y bien difundidas sobre proyectos específicos para este programa de fin de semana?, ¿por qué no hacer convenios con la Escuela de Educación Artística del Instituto Campechano?, ¿por qué no pensar en un programa más serio y planificado?, ¿por qué no atraer turistas en lugar de alejarlos?, y finalmente, ¿por qué no atraer más a los campechanos, quienes a final de cuentas, somos los que pagamos los programas y a las autoridades que los manejan con nuestros impuestos?

A ver si ya cumplen
Las diferentes asociaciones de transporte público en nuestra ciudad justificaron que el alza de la tarifa por servicio era necesaria por los altos costos de las refacciones, combustibles y por supuesto, para poder brindar un mejor servicio a los usuarios.
Mi pregunta es ¿en cuáles puntos y cuándo planean mejorar el servicio? Los choferes siguen manejando como locos, comportándose de manera prepotente, haciendo carreritas con otros choferes, poniendo su música a todo volumen dentro de la unidad, sonando el claxon en cada ocasión que pueden y además, siempre a punto de provocar accidentes.
Los ciudadanos en general esperamos tener un servicio a la altura del que pagamos, ya que 5.50 pesos no es nada barato, tomando en cuenta el nivel de ingresos que tenemos la mayoría de los ciudadanos. No se trata de quejarse y mostrarse enojado con el mundo, es hora simplemente de pedir servicios de calidad por nuestro dinero, y exigir que se cumplan ciertos compromisos.
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